No puedes comprar la silla sin tener el caballo, no debes hacer la fiesta sin antes haberte graduado, tampoco debes celebrar sin haber ganado la carrera, hay que ir día a día, paso a paso, partido tras partido, para decir que vamos a lograrlo todo.

Estos son algunos casos donde se celebró antes de ganar y después vino la tristeza, inclusive las lágrimas.

*El piloto de motociclismo, Ricardo Russo, festejó la victoria de la carrera cuando faltaba una vuelta en el Campeonato Italiano de Velocidad en la categoría Supersport, mientras tenía los brazos levantados por un triunfo que no existió, lo pasaron todos.

*Antes de cruzar la meta, Álex Alfonso Cujavante Luna, estaba tan feliz de sentirse ganador de la medalla de oro en los veinte mil metros eliminación juvenil del Mundial de Patinaje, que, absorto en una dicha prematura, con los brazos elevados al cielo y buscando con la mirada a sus padres ubicados en las tribunas, no se dio cuenta de que a escasos centímetros de la raya de sentencia, el coreano Sang Cheol arruinó su dicha al pasar de primero.

*El ciclista colombiano Mauricio Ardila, creyó que la pancarta de los premios de montaña, ubicada a 100 metros de la llegada era la línea de meta, de modo que cruzó la raya y levantó los brazos, pero instantes después se percató de que en ese sitio no estaba la meta, Ardila apretó el paso, pero ya era tarde, sus compañeros de fuga vieron su error, aceleraron y disputaron el final de la jornada, gano Samuel Sánchez.

*En el Snowboarder de los Winter Games del 2006, Lindsey Jacobellis estaba de líder en la carrera, celebró prematuramente justo antes de llegar a la meta, se cayó y perdió la medalla de oro.

*Sucedió durante el partido de la Copa de Marruecos cuando el portero, después de detener el lanzamiento desde los once metros de su rival, se puso a celebrarlo y se olvidó de recoger el balón, lo que menos esperaba el cancerbero Khalid Aski es que el efecto que cogió la pelota hiciera que ésta acabara rebasando la línea de gol.

*En Colombia, el Deportivo Pereira celebro antes de haber ganado el ascenso, solo porque en la fase de grupo del Torneo de la Primera B, le habían ganado casi a todos, pero en los cuadrangulares se les embolato el anhelado ascenso.

*América de Cali y sus hinchas celebraron la clasificación, y los dos partidos que han ganado de local, aun no tienen nada asegurado para volver a la primera categoría.

*En política, un exconcejal de Popayán celebro que el juzgado le recibiera una demanda con la que suponía que volvería al concejo, pero al final quien celebro fue el demandado.

*Moraleja, la carrera no se acaba… ¡hasta que se acaba! reservemos la celebración para cuando se tenga la certeza.

Hasta la próxima, Dios les bendiga… Siempre.

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Cuando inicias una conversación con personas que hablan y hablan… de sí mismas, al principio te parecen de lo más simpáticos, suelen ser sociables, buenos conversadores y con una personalidad atrayente, sin embargo, con el paso del tiempo comienzas a sentir que esa persona es algo pesada, habla mucho y casi siempre de sí misma. Te cuenta una y otra vez las mismas historias. Es alguien que se siente autorizada a hablar de cualquier tema, aunque no lo conozca, y lo peor es que nadie lo calla.

Al final, sientes que nunca hubo una conversaron, sino que fuiste una especie de sparring y quizás cuando vuelvas a encontrarte con esa persona, inventes alguna excusa para que no haya lugar a otra supuesta conversación.

Las personas que hablan y hablan de sí mismas, no se les pasa por la cabeza que sus peroratas pueden aburrir a otros, y si se lo dices directamente, asumirán que el problema está en el otro, no en ellos mismos. Sienten satisfacción si logran que otros les escuchen todo el tiempo; no consiguen entrar en sintonía con los deseos de los demás, sino que todo el tiempo quieren ser ellos el parlante.

Quien habla y habla sin parar, obviamente, tiene una gran necesidad de ser escuchado, aunque no esté diciendo nada. Esta persona no quiere escucharse, sino que lo escuchen.

Las personas que hablan y hablan de sí mismas terminan haciendo un inventario de sufrimientos. No piden ayuda, no aceptan consejos, suponen simplemente que se debe actuar de forma considerada con ellos, otros presentan una cadena de historias, hablan de cuán maravillosos son, cuentan sus miles de hazañas cotidianas, esperando siempre el aplauso de quienes los escuchan. Estas personas jamás te preguntan cómo estás o si también tienes dificultades, pues dan por hecho que sus problemas son más graves y que es una obligación escucharlos y aconsejarlos.

A las personas que hablan y hablan de sí mismas, es bueno en algún momento expresarles  directamente y de forma amable, lo positiva que es una conversación cuando hay posibilidad tanto de hablar como de escuchar, al igual que hablar de nuevos temas.

Aunque no es imposible tratar a este tipo de personas, ya que en muchas ocasiones vuelven a ser los simpáticos que conociste al comienzo, sí es necesario aprender a poner límites.

Hasta la próxima… Dios les bendiga, siempre.

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Son muchas las personas que en sus trabajos, se limitan a hacer lo mínimo posible, a cumplir sin más, sobre todo si hacen un trabajo que no les gusta.

El problema es que con esta técnica de hacer lo menos posible, difícilmente se abrirán  camino para hacer algo mejor. En realidad, deben hacer todo lo contrario, trabajar más y más duro, incluso aunque su trabajo no les guste.

Quizás pienses que no tiene mucho sentido trabajar más de lo que te pagan; la mayoría de la gente no lo hace, sino que se limitan a cumplir con los objetivos marcados y nada más, pero esa minoría que trabaja más duro, que se implica verdaderamente en su trabajo y da más que los demás por el mismo salario, pronto se destaca por encima de los demás y son percibidos como personas trabajadoras, responsables y comprometidas con la empresa.

Otro motivo, incluso aún más importante para hacer esto, es que la capacidad de trabajo es algo que se puede ejercitar y mejorar y el mejor modo de hacerlo consiste en trabajar más duro.

Por ejemplo, un deportista que quiere ser mejor se entrena durante más horas.

Supongamos, que tienes un puesto no muy importante en una empresa que no te satisface del todo, pero a pesar de no estar del todo a gusto en ese puesto, lo das todo de ti, trabajas duro, ganas experiencia, aprendes.

Tus jefes pronto percibirán tu entusiasmo y capacidad de trabajo y posiblemente te den un puesto de mayor responsabilidad, donde podrás mejorar aquello que no te gustaba especialmente de la empresa. Pero aunque no suceda así y nunca logres ese ascenso, habrás estado ejercitándote y practicando, observando y absorbiendo información para después montar tu propia empresa y hacer aquello que te gusta o conseguir algo mejor en otra empresa.

Cualquier trabajo, cuando lo haces mejor que los demás, te esfuerzas el doble que los demás y rindes más y mejor que ellos, te aportará beneficios de un modo u otro, antes o después, incluso, aunque el único beneficio que te aporte sea el hecho de aprender a trabajar duro, ya te estaría aportando mucho, porque nadie llega a ninguna parte, si no está dispuesto a hacerlo.

PD. El que solo trabaja para cumplir y hace lo menos posible, seguirá en el mismo lugar o haciendo el mismo tipo de trabajo 20 años después. Si aspiras a más, debes trabajar más, desde este mismo instante.

Hasta la próxima… Dios les bendiga.

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Por: Jaime Di Capote Rivera

En Popayán, dicen candidatos al Concejo, las cosas han cambiado mucho: "Para entrar a un barrio se necesita de un líder, que hace las veces de cacique de barrio".

Otros candidatos admiten que les toca hacer política en los semáforos "porque en algunos barrios los líderes dicen que ya están con alguien o piden dinero abiertamente para brindar su apoyo".

Otros dicen que hay líderes que usualmente son integrantes de la Junta de Acción Comunal o aspirantes a ediles, ellos son más baratos de comprar, pues el número de votos que pueden conseguir es menor.

Pero lo más preocupante y a la vez triste es que en Popayán las propuestas se cambian por el tamal, lechona y plata.

Pero otros candidatos al concejo advierten que el día de elecciones no solo se entrega el tamal o la lechona, sino un billete de $10.000= debajo del suculento plato.

Por supuesto, invertir tantos millones de pesos en la compra de líderes implica un riesgo. ¿Quién le asegura a un político que el dirigente comunal o el edil le pondrá los 300 o 500 votos que compró? Nadie.

Los únicos votos que se consideran seguros son aquellos donde el afiche del candidato aparece en la ventana de la casa, negocio o vehículo, al menos ahí hay uno.

La idea, dicen los políticos, es conseguir el porcentaje de endoso, es decir, que de los 300 votos que el líder dice tener, al político le quede entre el 30 y el 60 por ciento. Eso sí, líder que se respete lleva el registro de sus votaciones anteriores a la mano para demostrar su eficacia.

Ahhh pero después de las elecciones, toda esta danza de los millones termina y los políticos, dicen los líderes, se vuelven tan tacaños que ni siquiera te vuelven a pasar al teléfono. Otros, eso sí, exigen lo que en el mundo político se conoce como el oxígeno, cúmplame, para mantener la fidelidad hasta las próximas elecciones.

Y mientras todo esto ocurre en Popayán, las autoridades electorales y la Policía admiten que poco pueden hacer para impedir estas prácticas.

El Consejo Electoral dice que el tema no le compete y la Policía que es difícil corroborar estas denuncias. Ninguna autoridad está castigando la compra y venta de votos, pese a que se considera un delito contra el sufragio.

*No sólo es importante elegir un buen Alcalde, sino un buen Concejo que conserve la buena intención de mantener un diálogo fluido con la administración para bien de la comunidad.

Hasta la próxima… Dios les bendiga.

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