Los animales tienen alma
Por alma entendemos el acto de un cuerpo que tiene vida, automovimiento y fuerza, de ahí que los animales tienen alma, incluso memoria, imaginación y apetitos.
El alma de los animales no es como la de los seres humanos, porque no tiene una tendencia a la vida espiritual, de reconocimiento personal de Dios.
¿Quién no ha disfrutado de la compañía y lealtad de un perro? En los momentos en que disfrutamos de un animal estamos casi seguros de que tienen un alma semejante a la nuestra. No se puede ocultar que hay cierta comunicación no verbal entre hombre y animales, más si son animales queridos.
El concepto de alma no debe ser cerrado, sino flexible, y si bien, los animales tienen alma, no la tienen en el mismo sentido que los hombres.
Los animales tienen alma, pues poseen en sí mismos su principio de movimiento y pueden sentir, moverse, imaginar, y desear por sí mismos. Los animales son seres vivos y creaturas de Dios. Por tanto tienen una dignidad en tanto a su naturaleza y esta dignidad debe ser respetada.
Los animales tienen alma, porque tienen facultades que no son sólo el cuerpo, sino del cuerpo, como la nutrición, la sensación, imaginación, etc. Por estas facultades seres humanos y animales tienen alma. Sin embargo, el alma humana se abre al desarrollo espiritual, mientras que el alma de los animales no.
La perfección del hombre está en desarrollarse plenamente como un ser hecho de cuerpo, alma y espíritu. El espíritu, nos permite tener un alto grado de autoconciencia, intelecto y capacidad de reflexión. El espíritu está más separado de la materia que otras facultades del alma. Es decir, el espíritu es inmaterial porque no es sólo una facultad del alma que se liga directamente a un órgano corporal.
En resumen, digamos que el alma humana es de naturaleza espiritual, mientras que el alma de los animales no lo es. Este reconocimiento no demerita a los animales como compañeros leales y creaturas útiles al hombre, más bien nos mueve a reflexionar sobre las actitudes exageradas que se toman con los animales. Si bien muchos de ellos pueden ser nuestros compañeros leales, esto no significa que sean idénticos a nosotros y que deban recibir las mismas atenciones espirituales que un ser humano.
El hombre debe actuar de forma respetuosa y considerada con los animales porque ellos sienten y pueden sufrir, pues tienen alma y una dignidad como creaturas de Dios, aunque no tengan las facultades espirituales de un ser humano.
PD: El hombre es espíritu y cuerpo animado, mientras que los animales son cuerpos animados que no han alcanzado un desarrollo espiritual.
Hasta la próxima… Dios les bendiga.
